Diferencias entre descripción estática, descripción dinámica y narración
Reconozco que es un tema en el cual hasta los teóricos más macucos no son tan claros, pero vamos a explicarlo. Tampoco es imposible.
En primera instancia –debiera quedar clarísimo a estas alturas– descripción es, según don Gonzalo Martín Vivaldi (2000):
Representar algo (personas, animales, objetos, lugares, sensaciones […]) por medio del lenguaje […] explicando cómo es o las impresiones que causa (p. 331)
Y expresa otra oración Vivaldi (2000) que me parece clave:
“Describir es conseguir que se vea algo” (p. 331)
Vamos, pues, a lo que nos ‘truje’.
Descripción estática
Esta, de entrada, va a enumerar los rasgos de personas, animales u objetos que están detenidos, que están inmóviles. No quiere decir que nunca se muevan, sino que, al momento de describirlos, se encuentran, pues, estáticos.
Va un ejemplo:
La plaza es grande, llena de árboles y bancas por todas partes. Al centro, el asta bandera y la bandera ondeando. En las esquinas, puestos de periódicos y boleros. Los jardines, sin ser tan amplios, están bien cuidados, y desde arriba, parecieran hermosas manchas verdes frente al cuadrado de concreto con cerca de 200 metros cuadrados.
Pero, Fitz, ¿no es esto una narración?
A primera vista, parece, pero date cuenta de dos puntos:
- No hay personajes que protagonicen acciones.
- Todo gira en torno a los elementos que conforman la plaza. Aunque medio maleta, la descripción nos dice cómo es el sitio y qué elementos la componen.
¿Más o menos hasta aquí? Muy bien, pues continuamos…
Descripción animada o dinámica
Los problemas empiezan aquí, por lo que te pido toda la atención. ¿Estás listo? 3, 2, 1… ¡Va!
La descripción animada es definida por Vivaldi (2000) como:
“ […] es la que nos da el ser de las cosas, su esencia viva, en movimiento. Es como una escena o “secuencia” cinematográfica” (p. 343).
Hasta aquí, todo chido, pero luego don Martín dice que es una “narración descriptiva”.
¡Atentos aquí! Nosotros ya vimos que narración y descripción son dos categorías distintas. Eso no cambia.
–Entonces, Fitz, ¿cómo quedamos? –dirán ustedes con justa razón.
Lo resolvería de la siguiente manera: en la descripción animada (o narración descriptiva, término del teórico Vivaldi) nos centramos en una persona, animal u objeto que está en movimiento, siempre y cuando no escribamos una historia que esté avanzando, un relato que presente conflictos y transformaciones radicales.
Lo siguiente de ninguna manera podría ser una descripción dinámica:
Se lo encontró en el pasillo y justo en ese momento lo apuntó con la pistola. Ramiro, que la vio llorar tantas veces con los moretones que le dejaba, no resultó tan hombre como presumía: se orinó en los pantalones al instante, aterrado de mirar a su víctima hecha una justiciera.
Pasaron unos segundos que parecieron años. El silencio lo tensaba todo. El hombre amagó con acercarse a Claudia con una mueca de perdón, pero ella ya estaba muy lejos del olvido, de regresos o retornos: le soltó el cartucho entero en la puta boca y todavía le duró el rencor para escupirle y darle una patada en la quijada deshecha.
Hay una que otra descripción perdida, pero en esencia, tenemos personajes que protagonizan acciones intensas que llevan al cambio de una situación, es decir, es una narración hecha y derecha.
Establecido esto, veamos ahora un ejemplo de descripción dinámica:
El caballo avanza orgulloso, brioso, decidido. Alza o baja la cabeza, porque no deja de molestarle la rienda, sin embargo, sigue, disciplinado, las instrucciones del jinete. Es negro como la noche, pero a plena luz del sol, su piel brilla con los reflejos de luz. Ahora galopa. Hay que mirar la fuerza de sus músculos y lo rápido que consigue centímetros, metros, kilómetros. El viento le pega en el hocico y ‘Blacky’ parece saludarlo como a un colega. Así de rápido es.
Presento otro ejemplo, pero éste ahora es de Anton Chejov, un extraordinario escritor ruso:
“Es la una de la madrugada. Ante la puerta de María Petrovna Koshkina, soltera, vieja y comadrona de profesión, se detiene un caballero de alta estatura, tocado con chistera y cubierto con un ‘mac ferlan’ (es una suerte de gabardina para cubrirse del frío o la lluvia). La oscuridad de la noche no permite distinguir el rostro ni las manos del caballero; pero sólo su manera de toser y de tirar de la campanilla, revelan ya firmeza, seriedad y un algo que impone” (Vivaldi, 2000, p. 344).
Por último, cierro con una última definición de descripción dinámica o animada:
Se describe una realidad en movimiento que está sujeta al transcurso del tiempo. Los rasgos escritos varían, se mueve y se transforman (Mortigo, 2017).
Y una más para establecer más diferencias entre ésta y la narración:
Narrar –dice González Ruiz– es “escribir para contar hechos en los que intervienen personas. Narrar el desarrollo de una tempestad, sin aludir más que al espectáculo de las fuerzas movilizadas, es describir una tempestad. La narración necesita al hombre […] (Vivaldi, 2000, p. 429).